Simón Bergaño y Villegas
Escritor
guatemalteco nacido en el departamento de Escuintla, Guatemala en el año de
1781. Se considera que su origen es dudoso y se cree que no era de una familia
acomodada, sin embargo esto se opone al hecho de que poseía una gran biblioteca
para la cual necesitaba contar con buenos recursos económicos. Quizá el rumor
de no haber nacido en una de las grandes familias de Guatemala se deba a su
opinión sobre la política en el país.
En
1794 viaja a México, se desconoce directamente los motivos que lo llevan a este
país pero al inicio del siglo siguiente regresa a Guatemala como oficial de la
presidencia de la Audiencia.
Fue
editor de la Gazeta de Guatemala; este cargo, en su contexto, significaba que
él redactaba el contenido del periódico y aceptaba colaboraciones de otras
personas. Por sus ideas en este periódico, opuestas a los intereses de la
Corona y de la Iglesia, la Audiencia de Guatemala lo acusó de “díscolo,
revoltoso, agitador de ideas perniciosas y sedicioso” por lo que fue remitido a
España.[1]
En el viaje hacia España tuvo que quedarse en Cuba, La
Habana ya que tenía problemas de salud y se dice que murió 20 años después en
la isla. Sin embargo de otras fuentes se sabe que llegó a España donde fue
prisionero por un periodo largo y que después fue absuelto de los cargos que la
Corona tenía contra él debido a los quebrantos de salud que sufría. Simón
Bergaño consideró que se le había perdonado de lo que había hecho por lo que él
mismo se consideró absuelto de todos los delitos. Seguro de esta idea decidió
regresar a Guatemala, pero se quedó en Cuba debido a que su enfermedad empeoró
y allí falleció en 1828.
No sé supo mucho de su obra literaria después de su
muerte en Cuba debido a que utilizaba muchos seudónimos y su prácticamente
exilio fuera del país, del cual se comenta que la Corona Española lo hizo
porque lo consideraba un idealista independista, y ya que por esa época habían
rumores de emancipación por parte de América los Reyes decidieron acallar a los
principales líderes del movimiento. Simón Bergaño y Villegas fue considerado
uno de estos por sus continuos artículos periodísticos publicados en los El Patriota Americano y Diario Cívico, ambos canales de
comunicación en Cuba. Y en Guatemala, por lo que escribía en la Gazeta.
Se le reconoció de obra literaria dos poemas editados en
aquella isla, llamados “El desengaño o
despedida de la Corte” y “Elogio de
la vida de campo”.
Después de algún tiempo se le reconoció la obra literaria
publicada en Guatemala en el periódico la Gazeta,
donde publicaba con el seudónimo Bagoñer de Sagelliú. Estos habían sido
atribuidos a otro autor por el historiador Antonio Batres Jáuregui.
Bergaño,
aunque no se sepa, fue uno de los principales propulsores de Independencia de
Latinoamérica. Fue hasta en 1934 que el periódico El Imparcial publicó, en su edición de conmemoración de
independencia, un artículo en donde exponían a la luz que Simón Bergaño y
Villegas había salido apresado hacia España, debido a sus ideas políticas.[2]
Aquella
noticia fue relevante ya que se le considera precursor de ideas independistas
porque los primeros movimientos de emancipación se dan en 1810 y él había sido
enviado a España mucho antes por presentar un riesgo para la Corona, debido a
sus ideas y artículos que empezaban a levantar los ánimos de libertad en
América.
Datos
curiosos:
Fue una figura emblemática del “grupo letrado de la capa mediana que desarrolló una gran labor de lucha
ideológica por medio de la palabra escrita” y evocado por Severo Martínez Peláez en su libro “La
Patria del Criollo”, Simón Carreño, alias Simón Bergaño y Villegas, fue el
iniciador en Guatemala de la sátira política por medio de la herramienta
periodística.
Al actuar como editor de la Gazeta de Guatemala no cabe duda que acumuló problemas con diversas
personas.
Todos sus bienes fueron inventariados al ser remitido a
España y hubo después una almoneda publica de su biblioteca — de hecho la mayor
parte de sus bienes fueron libros que se vendieron por un poco más de 200 pesos
— que incluía, por ejemplo, El Espíritu
de las Leyes de Montesquieu que fue vendido sin ningún problema a don
Joaquín Lindo. El expediente revela una relación muy cercana con Don Ricardo
Aguilar y con Rafael Trulle quien le prestaba libros de poesías.[3]
Información reunida por: Madellin García
Referencias:
[1]Diario el gallo. Octubre 2009. 19/10/2016. Disponible en línea: https://diariodelgallo.wordpress.com/2009/10/19/simon-bergano-y-villegas/
[2] Diario el gallo. Octubre 2009. 19/10/2016. Disponible en línea: https://diariodelgallo.wordpress.com/2009/10/19/simon-bergano-y-villegas/
No hay comentarios:
Publicar un comentario